Los Movimientos Feministas en La Moda

En vísperas de la celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora queremos hablar de una mujer, feminista, defensora de los derechos femeninos y responsable del uso de un término que definió una prenda.

Si bien el personaje no llegó a imponer una moda extendida en la indumentaria civil de su época, sí contribuyó al uso de una prenda como parte de la vestimenta de la ropa femenina para el deporte. Nos referimos a la incorporación del pantalón-calzón, tipo bombacho, promovido por una feminista de mediados del siglo XIX: Amelia Bloomer.

En la primavera de 1851, tres mujeres sufragistas y defensoras de los derechos civiles de la mujer -Elizabeth Cady Stanton (1815-1902), su cuñada, Elizabeth Smith Miller (1822-1911), y Amelia Jenks Bloomer (1818-1894), vistiendo conjuntos similares, muy novedosos para la época, caminaban por las calles de Seneca Falls, New York… el objetivo era reformar las costumbres vestimentarias femeninas del momento, bajo la moda recargada del Segundo Imperio (1852-1870), también conocida como estilo ‘neo-rococó.

 

Amelia Bloomer nació en 1818 en Homer, New York. Provenía de una familia modesta y recibió  pocos años de educación en la escuela. Cuando tenía 22 años, se casó con el abogado Dexter Bloomer quien la animó a escribir para el periódico de New York “Seneca Falls County Courier” del condado de Seneca Falls. En 1849 Amelia Bloomer comenzó a editar su propio periódico, el primero dedicado exclusivamente para la mujer: “The Lily, a Ladies’ Journal Devoted to Temperance and Literature”, publicado hasta 1853. “The Lily…” trataba temas relacionados con la liberación de la mujer, donde se expresaban ideas sobre sus derechos y entre otras reivindicaciones, abogaba por la necesidad de encontrar vestimenta menos recargada y opresora, adecuada para la realización de las tareas de la mujer activa.

 

Los movimientos feministas habían aparecido desde principios del siglo XIX. Algunos de ellos proponían trajes “reformistas” como reacción a los excesos de la moda que limitaba la movilidad de la mujer, oprimida bajo el ajustado corset y la inmensa ‘jaula’ o crinolina. Dentro de las feministas norteamericanas se destacó Elizabeth Cady Stanton (1815–1902), amiga de Amelia Bloomer quien era conocida por ser una figura activa del movimiento de mujeres (su ‘Declaración de sentimientos’, presentada en la primera convención de derechos de la mujer, sostenida en 1848 en Seneca Falls, Nueva York, es a menudo acreditada como el inicio de los movimientos organizados de derechos de la mujer y sufragio femenino en los Estados Unidos). Entre otros aspectos, las feministas norteamericanas reclamaban: el derecho al voto, los derechos de propiedad, la aprobación de leyes sobre el divorcio, el control de la natalidad…

 

En 1851, la activista Elizabeth Smith Miller (conocida como Libby Miller) creó y adoptó lo que ella denominaba “vestido racional”, formado por: amplios calzones al estilo oriental y, sobre ellos, un sencillo vestido corto o falda y chaqueta.

El conjunto fue presentado en público por la actriz Fanny Kemble (también novelista: la obra de Henry James –“Washington Square” – está basado en un relato de ella). La propuesta es conocida por Amelia Bloomer, quien la promueve con entusiasmo desde su revista. Es así como en el número de mayo de la revista “The Lily…” se describió con detalle la prenda y se recomendó su uso y dirigiéndose a “todas las mujeres con sentido común”, Bloomer escribió:

 

“The Lily…” fue bien recibida por las mujeres de Seneca Falls; en 1853 llegó a tener una tirada de más de 4.000 ejemplares. Se considera que esta publicación sirvió de modelo para que periódicos posteriores se centraran en aspectos relacionados con la igualdad de las mujeres. Artículos sobre la tendencia de la ropa femenina propuesta por Amelia Bloomer y sus colegas sufragistas fueron recogidos también en el New York Tribune. Muchas mujeres consideraban que el conjunto promovido en “The Lily…”, si bien no resultaba atractivo, era, al menos, diferente y su uso comenzó a difundirse en las más audaces féminas sin importarles las críticas, burlas y acoso de que fueron víctimas.

El conjunto pronto se bautizaría como: “The Bloomer Costume” ó “Bloomers”.

A pesar de las sátiras, caricaturas y otros medios gráficos que criticaban el “Bloomer Costume”, el pantalón ‘oriental’ turco’ o ‘bloomer’ fue aceptado como una opción cómoda y práctica para ser utilizada como parte del atuendo deportivo. Los conjuntos para ejercer actividades como: el ciclismo, baños de mar, entre otros, comenzaron a aparecer en las propuestas de moda en la segunda mitad del siglo XIX, incluyendo en revistas de moda.